HIMNO
CORO
Virgen blanca radiante corona Hoy queremos ceñirle a tu sien.
Porque tú, reina y madre nos llevas Por caminos de paz y bien.
I
Virgen blanca, celeste figura,
Que gloriosa conduce al Señor,
A tus plantas de férvida albura, Nuestra vida es un sueño de amor.
II
Un soñar que es canción de alegría, Juventud, faro, estudio y solaz.
E ilusión de que llegue el gran día.
En que seamos campeones de paz.
III
Constructores del nuevo universo.
Que concilie la ciencia y la fe;
Y arquitectos del propio destino. Que la vida amorosa nos dé.
IV
Luminarias de amor en la tierra:
Sembradores para el ideal;
Peregrinos al sol que se encierra. En un surco de vida inmortal.
V
¡Estudiantes! …sublime aventura en conquistas de gracia y virtud;
el saber cómo flor de dulzura y
en la mente la fiel juventud.
VI
El saber que la vida atesora.
Nos encuentre en guirnalda de luz
¡Viva lumbre que ansiamos, Señora, para luego ofrendar a Jesús!
VII
Virgen reina, Señora del cielo.
Nunciadora de un mundo mejor;
Tu lenguaje de paz, albo vuelo,
Sea nuestro himno y promesa de amor.
VIII
Que en el mundo febril tu mensaje.
Sea en nosotros escudo y blasón; y collado de edénicas flores. ¡La pureza de tu corazón!
Letra
RICARDO LEÓN RODRIGUEZ ARCE
Música
JORGE ANIBAL CORAL GUERRÓN
ESCUDO
Nuestro escudo se compone de seis elementos que son:
Un gran campo de corazón estilizado con fondo blanco.
En el centro, la imagen del INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
Sobre la imagen, el nombre: COLEGIO CENTRO DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA “CICMA”.
En la parte inferior del campo central: UN GRAN LIBRO ABIERTO. Una franja que rodea el campo central, blanco, en la parte superior que avanza en azul cielo hacia abajo y termina en un ángulo de corazón donde se encuentra el nombre POPAYÁN. El gran libro abierto, es la representación del conocimiento, la ciencia y la sabiduría. El conocimiento que es infinito y que buscamos a diario; la ciencia que intenta explicar el universo y la sabiduría que es la capacidad de aplicar el conocimiento y la ciencia con valores éticos en favor de la humanidad y de la vida.
La franja albiazul que rodea el campo central es el símbolo de la muralla que nos protege, compuesta por la integridad de sentimientos y de actos que los cristalizan, como también por la bondad celestial que nos provee de la inteligencia necesaria para salvaguardarnos a nosotros mismos.
Las líneas rosadas son la simbología típica de la mujer y su femeneidad íntima, que impone límites a nuestro sentir y a nuestra actuación. Y la línea azul que nos rodea representa el marco Mariano, ideal, que es la referencia de todo nuestro accionar.